miércoles, junio 29, 2005

Invierno

Hacía frío y estornudó. Entonces lo vi. Entonces me vio.
Ya había lidiado con él el mes anterior. Y ahora estaba enfrente mio, persistente, aguerrido.
Me hechó una mirada amenazante, fruncí el ceño. El duelo se había formalizado.
Empezó entonces la pelea, lo tomé por el cuello, le hice la doble nelson y la llave en cruz pero él se escapaba cada vez. Se burlaba y se sonreía.
"¡¡¡No me vas a ganar otra vez!!!" le grité. Muy fuerte le grité. Quizás se asustaría. Pero no se asustó.
Se acercó a mi lentamente. Empezé a correr, empezó a correr. Se acercaba cada vez más y más.
"Esto es en vano" pensé y caminé y frené y lo miré y le dije "me rindo".
Fue en ese momento cuando me agarré esta maldita gripe culpa de aquél gil que estornudó.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca te pusiste a pensar que no es culpa del que estornuda, sino que quizas el virus de la gripe te elige a vos??? en ese caso deberias sentirte feliz.

Pimienta dijo...

Pensamiento optimista digno de Ned Flanders.
No, la verdad no lo había pensado. La proxima vez que me resfríe voy a mostrar mis mocos con orgullo.